CREO QUE NO HAY PAN

Creo que no hay pan.

Vas a la cocina, miras sobre la mesa, miras al lado de la nevera, miras en el armario. No hay pan. Claro, ayer se había acabado en el supermercado donde hice la compra.

Una persona diferente va a la cocina y dice: si, hay pan. Está en la bolsa, donde lo guardamos siempre. ¿No te acuerdas que al final fuimos a la panadería?

Y es cierto. No lo recuerdas. Tu pensabas que no lo encontrarías y por lo tanto, no lo encuentras ¿Qué ha pasado ahí?

Lo primero y más importante es la palabra CREO. ¡Ay las creencias! Tod@s hemos visto mensajes en redes sociales que dicen «lo crees – lo creas». ¿Pensabais que era sólo una frase bonita? Es una ley universal. Es una enorme verdad que actúa sobre nuestras vidas todos los días.

Pan. panecillos. abundancia
Pan abundancia

Creer es algo muy profundo. Y muy poderoso.

No es lo mismo que decir o pensar. Muchas, muchísimas veces, intentamos atraer la abundancia repitiendo «yo merezco abundancia», como si fuera un mantra o una cancioncilla mágica que va a obrar algún pequeño milagro sobre nuestra cuenta bancaria. El problema es que, mientras nuestra boca dice eso, nuestro corazón dice, «he sufrido mucho y estoy cansado» y nuestro estómago dice «estoy enfadado porque mi vida es injusta». De manera que, pensar en buena fortuna o recitar frases positivas no soluciona el hecho de que estamos vibrando lo contrario de lo que queremos.

Tenemos también toda la colección de costumbres que sirven para pedir deseos. Escribirlo y colgarlo en un árbol, soplar flores, echar monedas a una fuente.

Algunas veces funciona, otras no. ¿Cómo se mueve la energía ahí?

Puede facilitarnos una visualización positiva de lo que deseamos. Si, es posible que nos ponga en el camino correcto. Aunque, el camino, hay que hacerlo.

Realmente, ¿qué podemos hacer para CREER QUE HAY? ¿porqué no CREO que hay?

Niña soplando para pedir un deseo
Pedir un deseo

En mi modo de trabajar siempre voy al orígen del problema, Y amenudo es en otra vida. Ahí será difícil acceder sin una lectura de Registros Akáshicos o una regresión. Pero si puedes llegar hasta aquí:

Relájate, recuerda tu vida desde ahora hacia atrás y explora tu niñez. Lo que buscamos es un momento en el que aceptaste el concepto de pobreza. Es muy común recordar una conversación entre tus padres en la que discutían sobre algo que no podían permitirse. O alguna ocasión en la que dijeron que no podían comprarte algo. Intenta recordar los detalles, las sensaciones, las emociones. Si conectas bien con este nacimiento de tu idea de carencia, ya tienes la mayor parte del trabajo hecha. Seguramente eso te ayudará a entender ese miedo en el estómago cada vez que temes no tener suficiente o no saber cómo ganar más.

Ahora, desde tu adulto/a, con muchos más recursos, sana esa carencia. Prométele a tu niño/a interior que tendrá todo lo que necesite y que su futuro es brillante. Perdona la tristeza o el miedo que sentiste entonces, cámbialo por amor. El amor lo sana todo. Yo así lo CREO.

Abrazo de consuelo
carta

¿Quieres recibir el Newsletter en tu mail? Subscríbete:

SUBSCRÍBEME

ENTRADAS ANTERIORES

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

blog

Artículo anterior

LA TRISTEZA
blog

Siguiente artículo

EL ANIMAL DE PODER